Bundesadler, símbolo germano |
Edificios destruidos en Alemania (PD) |
El declive de Alemania afectaba además al resto de países de Europa
Occidental, que seguían sin recuperarse pues la base industrial alemana era
parte fundamental de la economía continental. Esta situación propiciaba además
un escenario perfecto para que avanzara el comunismo más allá del Telón de
Acero, o el bloque de países controlados por la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), por lo que la situación se convirtió en un “asunto de
seguridad nacional” para el Gobierno de EEUU, frente a su posición de prevenir
un eventual rearme alemán.
Cartel anunciando la financiación de las obras de reconstrucción a través del Plan Marshall (PD) |
Fue entonces cuando George Marshall, Secretario de Estado de EEUU
convenció al presidente Harry S. Truman de rescindir la directiva JCS 1067 y
reemplazarla por la JCS 1779, cuyo objetivo era "Una ordenada y próspera
Europa requiere la contribución económica de una estable y productiva
Alemania." Esto vendría acompañado de créditos para la reconstrucción, así
como la paulatina reactivación de las industrias de acero y carbón.
Por su parte, el 2 de marzo de 1948 fue designado Ludwig Erhard como
Director General de Economía, quien identificó
que Alemania contaba con muy buena mano de obra calificada, así como un alto
nivel tecnológico, pero existía un excesivo control económico, altos impuestos
para las personas de bajos ingresos y una profunda burocracia que desestimulaba
la iniciativa privada. La solución planteada
por Erhard para la recuperación de Alemania fue la de apoyar totalmente la
reactivación de la industria, aprovechando el conocimiento y la tecnología
desarrollada para posicionar de nuevo al país como el motor de la economía
europea.
La implementación de este
plan inició de inmediato inició con reformas al sistema económico alemán, como
el reemplazo del Reichmark, la
desacreditada divisa por el Deutschemark;
la eliminación de cientos de ordenanzas sobre reglamentación del control económico
y de precios, así como la excesiva burocracia que desestimulaban las
iniciativas privadas y gravaban con altos impuestos el ingreso de los alemanes.
Erhard estableció además un régimen de libertades e impulsó una economía libre
mercado.
Estas medidas liberales tuvieron la capacidad de mantener un mejoramiento continuo porque fueron
acompañadas de incentivos para el pleno empleo y asistencia social, en lo que
se llamó una ‘economía social de mercado’, donde la administración económica se
repartía en responsabilidades específicas a determinadas instituciones; así, el
Estado promueve el uso eficiente de los factores de producción, crea un
adecuado ambiente legal para la economía y mantiene un nivel saludable de
competitividad; la política monetaria es responsabilidad del Banco Central,
aislado de la presión política, y otros aspectos macroeconómicos, como
establecer los niveles de los sueldos, son responsabilidad de los gremios y los
sindicados. Todo esto con el fin de mantener la estabilidad social necesaria
para el desarrollo de una economía libre, con la premisa que el estado debe
formar un orden económico en lugar de dirigir los procesos económicos.
Comparación del crecimiento del PIB per cápita entre Alemania y Reino Unido (Eichengreen, et.al, 2008) |
Los resultados comenzaron a verse muy rápidamente, con un crecimiento
sostenido de la economía del 8% durante la década del 50; una reducción del
desempleo del 11% al 1.3% lograda en 1960, y un notable incremento en la
productividad de las empresas alemanas, motivado por las políticas de bienestar
y la necesidad de competir con los productos extranjeros. Este rápido
crecimiento duplicó los estándares de vida en una década, y para 1960 Alemania
recuperó su estatus como la más grande potencia económica en Europa.
El éxito de la recuperación de la economía alemana, conocido como el
“milagro econónico alemán” (Wirtschaftswunder)
demuestra cómo se aplica el modelo de transformación propuesto por Varela
(2008) para explicar los factores comunes en los grandes cambios de la
humanidad; identificando la oportunidad de cambio frente a la urgente necesidad
de recuperar la economía alemana, la solución innovadora que renació la
industria en el país y su posición como Director General de Economía que junto
con los recursos del Plan Marshall le permitió implementar las reformas
necesarias, que pudieron ser mejoradas continuamente gracias a la inclusión de la política del estado de bienestar en la economía de mercado.
Pero sin duda, el gran motor de esta transformación fue pueblo alemán,
que actuó con una mentalidad basada en la productividad para ser competitivos a
nivel internacional e impulsar el desarrollo de sus empresas y su país.
Referencias
- Jennings, RS. 2003. The Road Ahead: Lessons in Nation Building from Japan, Germany, and Afghanistan for Postwar Iraq May 2003, Peaceworks No. 49, United States Institute of Peace
- Eichengreen, B. Ritschl, A. 2008. Understanding West German Economic Growth in the 1950s. November 2008. SFB 649 Discussion Paper 2008-068, Humboldt-Universität zu Berlin
- Varela, R. 2008. Innovación Empresarial: Arte y ciencia en la creación de empresa, tercera edición 2008. Pearson Educación
- WorldBank. 2015. World Development Indicators [en línea] WorldBank Group [fecha de consulta: 6 septiembre 2015]. Disponible en: http://databank.worldbank.org/data
- Méndez, M. ¿Cómo se forjó el milagro económico alemán? [en línea]: Noticiero Digital. 2013 [fecha de consulta: 6 septiembre 2015]. Disponible en: http://www.noticierodigital.com/2013/10/como-se-forjo-el-milagro-economico-aleman/
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