lunes, 7 de septiembre de 2015

La milagrosa recuperación de un país devastado por la guerra

Bundesadler, símbolo germano
Berlín, 2 de mayo de 1945. Las fuerzas militares alemanas capitulan frente al ejército soviético y solo en cuestión de una semana el resto de las avanzadas germanas se rinden frente a los aliados. Las calles y edificios de la capital alemana eran un fiel reflejo de lo que había acontecido: destrucción, desolación y un país en ruinas. A este desastre de millones de personas sin alimentos, viviendas y trabajo, se le sumaba la total incertidumbre con respecto al futuro político del país.

Edificios destruidos en Alemania (PD)
Dos años después, Alemania no daba visos de recuperación: el Reichmark, la divisa alemana de ese entonces, era rechazada en las transacciones económicas y proliferaba el trueque, el mercado negro y la especulación; se habían impuesto todo tipo de controles económicos para evitar una hiperinflación como la que se vivió después del fin de la Primera Guerra Mundial, además de la directiva JCS 1067 impuesta por Estados Unidos (EEUU) y que le impedía comerciar libremente con sus vecinos, así como la creación de industria pesada, que antes de la guerra era el motor de la economía alemana, especialmente en la producción de acero y carbón.

El declive de Alemania afectaba además al resto de países de Europa Occidental, que seguían sin recuperarse pues la base industrial alemana era parte fundamental de la economía continental. Esta situación propiciaba además un escenario perfecto para que avanzara el comunismo más allá del Telón de Acero, o el bloque de países controlados por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), por lo que la situación se convirtió en un “asunto de seguridad nacional” para el Gobierno de EEUU, frente a su posición de prevenir un eventual rearme alemán.

Cartel anunciando la financiación
de las obras de reconstrucción
a través del Plan Marshall (PD)
Fue entonces cuando George Marshall, Secretario de Estado de EEUU convenció al presidente Harry S. Truman de rescindir la directiva JCS 1067 y reemplazarla por la JCS 1779, cuyo objetivo era "Una ordenada y próspera Europa requiere la contribución económica de una estable y productiva Alemania." Esto vendría acompañado de créditos para la reconstrucción, así como la paulatina reactivación de las industrias de acero y carbón.

Por su parte, el 2 de marzo de 1948 fue designado Ludwig Erhard como Director General de Economía, quien identificó que Alemania contaba con muy buena mano de obra calificada, así como un alto nivel tecnológico, pero existía un excesivo control económico, altos impuestos para las personas de bajos ingresos y una profunda burocracia que desestimulaba la iniciativa privada. La solución planteada por Erhard para la recuperación de Alemania fue la de apoyar totalmente la reactivación de la industria, aprovechando el conocimiento y la tecnología desarrollada para posicionar de nuevo al país como el motor de la economía europea.

La implementación de este plan inició de inmediato inició con reformas al sistema económico alemán, como el reemplazo del Reichmark, la desacreditada divisa por el Deutschemark; la eliminación de cientos de ordenanzas sobre reglamentación del control económico y de precios, así como la excesiva burocracia que desestimulaban las iniciativas privadas y gravaban con altos impuestos el ingreso de los alemanes. Erhard estableció además un régimen de libertades e impulsó una economía libre mercado.

Estas medidas liberales tuvieron la capacidad de mantener un mejoramiento continuo porque fueron acompañadas de incentivos para el pleno empleo y asistencia social, en lo que se llamó una ‘economía social de mercado’, donde la administración económica se repartía en responsabilidades específicas a determinadas instituciones; así, el Estado promueve el uso eficiente de los factores de producción, crea un adecuado ambiente legal para la economía y mantiene un nivel saludable de competitividad; la política monetaria es responsabilidad del Banco Central, aislado de la presión política, y otros aspectos macroeconómicos, como establecer los niveles de los sueldos, son responsabilidad de los gremios y los sindicados. Todo esto con el fin de mantener la estabilidad social necesaria para el desarrollo de una economía libre, con la premisa que el estado debe formar un orden económico en lugar de dirigir los procesos económicos.

Comparación del crecimiento del PIB per cápita entre Alemania y Reino Unido (Eichengreen, et.al, 2008)
Los resultados comenzaron a verse muy rápidamente, con un crecimiento sostenido de la economía del 8% durante la década del 50; una reducción del desempleo del 11% al 1.3% lograda en 1960, y un notable incremento en la productividad de las empresas alemanas, motivado por las políticas de bienestar y la necesidad de competir con los productos extranjeros. Este rápido crecimiento duplicó los estándares de vida en una década, y para 1960 Alemania recuperó su estatus como la más grande potencia económica en Europa.

El éxito de la recuperación de la economía alemana, conocido como el “milagro econónico alemán” (Wirtschaftswunder) demuestra cómo se aplica el modelo de transformación propuesto por Varela (2008) para explicar los factores comunes en los grandes cambios de la humanidad; identificando la oportunidad de cambio frente a la urgente necesidad de recuperar la economía alemana, la solución innovadora que renació la industria en el país y su posición como Director General de Economía que junto con los recursos del Plan Marshall le permitió implementar las reformas necesarias, que pudieron ser mejoradas continuamente gracias a la inclusión de la política del estado de bienestar en la economía de mercado.

Pero sin duda, el gran motor de esta transformación fue pueblo alemán, que actuó con una mentalidad basada en la productividad para ser competitivos a nivel internacional e impulsar el desarrollo de sus empresas y su país.

Referencias


  • Jennings, RS. 2003. The Road Ahead: Lessons in Nation Building from Japan, Germany, and Afghanistan for Postwar Iraq May 2003, Peaceworks No. 49, United States Institute of Peace
  • Eichengreen, B. Ritschl, A. 2008. Understanding West German Economic Growth in the 1950s. November 2008. SFB 649 Discussion Paper 2008-068, Humboldt-Universität zu Berlin
  • Varela, R. 2008. Innovación Empresarial: Arte y ciencia en la creación de empresa, tercera edición 2008. Pearson Educación
  • WorldBank. 2015. World Development Indicators [en línea] WorldBank Group [fecha de consulta: 6 septiembre 2015]. Disponible en: http://databank.worldbank.org/data 
  • Méndez, M. ¿Cómo se forjó el milagro económico alemán? [en línea]: Noticiero Digital. 2013 [fecha de consulta: 6 septiembre 2015]. Disponible en: http://www.noticierodigital.com/2013/10/como-se-forjo-el-milagro-economico-aleman/

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